La pequeña empresa es un importante motor de la economía, tanto por el porcentaje que representa como por su contribución al empleo. De hecho, en Andalucía, las pequeñas empresas suponen un porcentaje muy alto de las empresas, generando el 80% del empleo.
La andaluza ha continuado experimentando un importante crecimiento, por un lado, teniendo en cuenta el número de centros productivos y, por otro, valorando los niveles de empleo a los que da lugar.
Así se hace imprescindible, anticiparse y reaccionar para desarrollar estrategias de innovación y cooperación y conseguir ser competitivos a medio y largo plazo. Estas estrategias pasan por potenciar las fortalezas que ofrecen ventajas competitivas frente a la gran empresa, tener en cuenta la proximidad al cliente, desarrollar una estructura de la organización simple, que permita en un futuro adaptaciones fáciles. Y, sobre todo, el desarrollo del potencial de los RR.HH. estimulando planes de formación y de cambio orientados a la competitividad.